lunes, 22 de noviembre de 2010

SOBERANIA





¿Por qué en la historia oficial el combate de la Vuelta de Obligado permanece minimizado, reducido a lo anecdótico, despojado de su valor histórico y más aún, político? ¿Qué provocó en quienes difunden los anales de la Historia, el hecho que un país fuera del mapa se plantara y doblegara a las dos híper potencias del momento, para arrojar sobre él un manto de tiniebla? La respuesta tal vez se encuentre en la actitud de los comemierda (especie que se analizará en otro texto), quienes fueron tejiendo, entre mentiras, omisiones e intereses personales, la historia que conviene a un pueblo sumiso al imperio de turno del cual ellos eran administradores.

Veamos, si no, la diferencia en el tratamiento histórico de Obligado respecto a la Guerra de la Triple Infamia donde Mitre, traicionando al Paraguay y agachando el lomo a los ímpetus ingleses, hace un triste papel de generalito (después del desastre de Curupaytí fue relevado del mando por los brasileros) a cambio de miserables prebendas, pasando a ser un cuasi héroe nacional.

Después, con el devenir de los estancieros en administradores, de la dirigencia en gerentes, de los vendepatria en próceres, con el auspicio de los comemierda, la inexorable adhesión de lameculos y cagatintas, se fue desdibujando la Patria cojonuda e independiente, y apareció la otra, la de la agachada, adornada desde “la tribuna de doctrina”, “La Prensa” y tanto otro medio de mierda; la que festejó el bombardeo en Plaza de Mayo, la de las “relaciones carnales”, la que se ponía en cuatro patas ante el FMI y pedía limosna por los pasillos de las finanzas internacionales.

Entonces, era mejor dejar a la Vuelta de Obligado, allí, empolvada, a merced del olvido, como un hecho menor, no fuera cuestión que alguno mordiera el freno, se le ocurriera que es posible ser soberano e independiente, y pegara el corcovo, tirando por el cogote a la cohorte de pulastrines que viven mirando hacia afuera mendigando identidad.

Pero parece que siempre hay alguno, ahora es feriado nacional, y hay que festejar esa decisión y la fecha, por que hay mucho más en ello que un fin de semana largo. La turrada lo sabe, por eso está nerviosa dando coceos de otario.

Este 20 de noviembre se cumplen 165 años del hecho.

Lástima no saber el nombre de todos los que pelearon para grabarlos a fuego en el corazón de la Patria. Pero así es la todoparidora Argentina, puta y santa, nuestra hasta los huesos, esta amada Argentina, la que un día peleó con música en las barrancas de Obligado y después cantó con sorna gaucha:
Y que los parió a los gringos juna y gran siete navegar tantos mares venirse al cuete. . . .


extraido de un texto de Alberto Amoroso

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